Mi maestra y fuente de inspiración, la Naturaleza

Todos los paisajes del mundo tienen una belleza única y un carácter propio. Cuando viajo, me sumerjo en cada rincón natural: playas, acantilados, desiertos, montañas, praderas… Capturo cada lugar con mi cámara, tomando miles de fotos, y aún así, siempre me parecen insuficientes. ¡Cómo desearía tener esos paisajes siempre cerca y poder visitarlos todos los días!

Las fotografías son mi modo de preservar cada sitio y sus detalles. Al revisarlas, mi mente regresa a esos lugares y se renuevan las emociones que despertaron en mí. La flora, la fauna, los colores, el agua… Para mí, pintar la Naturaleza es expresar la belleza más pura y fascinante que existe.

Galicia, impactada por su belleza inquietante.

En Cazorla haciendo amigos.

Con Alma y Blanca, dos amigas a las que suelo visitar.

Colándome por las ruinas, por las que siento una atracción inexplicable.

Egipto, de misterio en misterio.

Ofreciéndole a mi hijo el amor por la vida.

Uno de tantos rincones de la Sierra de Córdoba.

Respeto, amor y compasión, es la deuda que tengo con los animales por todo lo que me han dado desde niña.

Nerja, ¡¡preciosa!!.

Sierra de Córdoba con sus paisajes cambiantes.

Navegando por El Nilo, de donde capturé mucho material para mi estudio.

Con mis compañeros de excursión, que disfrutan tanto como yo, nunca voy sola.

Parque de Ordesa, un lugar ideal para hadas y duendes.

Por Mallorca e Ibiza, el color de sus aguas es impresionante.

Las dunas de Doñana. Todo un Paraíso.

La fuerza del mar en Galicia, la tentación de sentirlo cerca.

Asturias, otro lugar mágico e inspirador.

La mejor terapia es tomar conciencia de que formas parte de esta belleza natural.

Valencia, una luz especial.

Estés donde estés siempre encontrarás más de un lugar especial, porque la naturaleza siempre está ahí, con diferentes paisajes pero siempre bellos.